Eres adicto al fracaso porque te da miedo hacer lo necesario para ser exitoso.
Si estás buscando los secretos para alcanzar el éxito con facilidad los vas a encontrar, existen miles de libros, seminarios, entrevistas, artículos, videos y cursos dedicados a enseñarte cómo triunfar en la vida.
Y aun así, con toda esta información disponible a tan bajo costo e incluso gratuita, muchos de nosotros continuamos llevando una vida mediocre, sin conocer el éxito en nuestras vidas, como si la decisión fuera ser adicto al fracaso.
La realidad es que tú puedes tener y acceder al conocimiento indicado, pero si basas tu vida en pensamientos y comportamientos negativos, es más probable que termines viviendo con el fracaso.
El fracaso no es necesariamente malo, siempre y cuando aprendas de tus errores, corrijas los comportamientos y cambies las actitudes que te llevaron a ese lugar.
Afortunadamente hay ciertas “señales” que sirven para alertarte que vas en el camino equivocado, señales que indican que eres adicto al fracaso; conocerlas y realizar los cambios necesarios incrementará sustancialmente tu probabilidad de alcanzar el éxito.
1. Eres adicto por la aprobación de los demás
Cuando es hora de tomar una decisión importante prefieres acudir a las personas que tienes alrededor en vez de confiar en tu lógica e instinto. Vale más la opinión que tienen los demás que tu misma opinión.
Debes saber que tu adicción emocional a la aprobación de los demás se deriva de la falta de confianza que tienes en ti mismo y en tu deseo de complacer a los demás.
Las personas exitosas son muy cuidadosas a la hora de pedir un consejo ya que se aseguran de escuchar a personas que hayan tenido éxito en algún tema específico.
Realmente no les importa la opinión de todo el mundo o de cualquier persona, especialmente de aquellos que no tienen idea y siempre tienen algo para decir.
Al final del día, harán aquello que sientan que es correcto, no lo que otros piensan que debería de hacer.
2. Te entretienes por encima de educarte
Puedes tener un muy buen empleo e incluso estar ganándote un salario envidiable, sin embargo, no has abierto un libro desde que te graduaste de la universidad y el único entrenamiento o capacitación que has tenido desde entonces fue exigencia de tu empleador.
La idea de asistir a eventos de tu industria, leer algunos libros, escuchar podcasts, asistir a un seminario o participar de algún curso está completamente descartada.
En vez de invertir tu tiempo libre en ti y en habilidades que te van a permitir ofrecer un mayor valor, prefieres distraerte con actividades que no aportan valor a tu vida ni a tu productividad…
Ves televisión con frecuencia, siempre sabes quien ganó el último partido y no hay fin de semana que una discoteca no sepa de ti.
3. Culpas a otros por tus circunstancias
No estás satisfecho con tu vida ni a donde has llegado con ella, pero siempre tienes una explicación para tu situación.
Esencialmente, nada de lo que te ha ocurrido es culpa tuya; los responsables por tu falta de éxito son tus compañeros de trabajo, tu jefe, tus padres, tus profesores, tu niñez, e incluso la economía y hasta el gobierno de turno…
Tú no tienes nada que ver.
No eres responsable de tus actos y te rehusas a pensar que tienes el control de tu vida; explícate cómo tendrás éxito si no controlas las causas y resultados.
4. Te da miedo equivocarte
Tienes tanto miedo de fracasar que haces todo lo que está a tu alcance para evitar equivocarte.
Estás olvidando que en la vida los errores no son buenos ni malos, simplemente son lecciones. Sin embargo, en vez de estar aprendiendo de cada lección, estas evitando equivocarte.
Y cuando te equivocas prefieres que nadie se de cuenta y cubres inmediatamente el error; eres de los que pospone una decisión por temor a elegir la equivocada, te toma tiempo hacerlo y cuando finalmente lo haces, sueles cambiar de opinión.
5. Te quedas en relaciones que no funcionan
Tienes la tendencia de buscar personas que te dan más problemas que placer; sueles aceptar comportamientos que nunca aprobarías y que te disgustan, pero debido a que las aceptas suelen repetirse.
La explicación para esta situación es que estás cargando con problemas sin resolver de relaciones pasadas, puede que tengas una muy baja imagen de ti mismo y por eso no esperes y exijas mucho de los demás…cualquiera que sea la razón, debes entender que la elección de tu pareja es un factor determinante a la hora de tener éxito en la vida.
Si la persona que tienes a tu lado esta evitando tu felicidad y éxito, déjalos ir y eleva tus estándares.
6. Eres adicto al drama
Rara vez te encuentras en buenos términos con las personas que te rodean. Te la pasas hablando de los demás, mientras todos se dedican a hablar mal de ti también.
Las personas que te rodean se conocen por discutir entre ellas mismas, por coquetear con las esposas de sus amigos, por mentir y generar molestias. No obstante, en lugar de alejarte de ellos, prefieres gastar tu tiempo a su alrededor…y hasta puede ser que eres tú quien lidera esta negatividad.
7. Gastas tu tiempo con gente que no va para ningún lado
Jim Rohn solía decir que eres el resultado del promedio de las cinco personas con las cuales pasas la mayor parte de tu tiempo.
Desafortunadamente tu tiempo se va con personas que no le agregan valor a tu vida, te rodeas de personas que no te inspiran alcanzar el éxito; personas sin ambición, ni sueños y mucho menos con planes para mejorar sus vidas.
Suelen pensar que el éxito no tiene nada que ver con ellos, y que éste solo le llega a otras personas; así que cada vez que compartes una gran idea con ellos, estos suelen destruirla porque para ellos nada sirve.
Las personas exitosas saben que la actitud es contagiosa, así que se juntan con quienes los impulsan a llegar al siguiente nivel, a esforzarse y destacarse.
Saben que no pueden permitirse ni adaptarse a las ideas, creencias, pensamientos y mucho menos a los hábitos de mediocres si quieren continuar en su camino al éxito.
8. No te importa el dinero
No ha llegado tu próximo pago y ya no tienes con qué comer; sí, eres de los que vives de pago en pago y jamás inviertes tu dinero en la construcción de tu futuro.
Te encanta cargar deudas altas en tus tarjetas de crédito, viajar a lugares que no puedes costear y comprar cosas que no tienes con qué pagar.
A duras penas tienes algún ahorro, no has considerado tan siquiera un plan de retiro, ningún activo te genera renta y tu mayor pasivo es la forma en que consumes cosas que no necesitas.
Algunas veces te enfrentas con tu realidad pero prefieres, en vez de cambiar y mejorar, seguir viviendo tu “sueño”…sabes que tus finanzas van en picada, pero sigues aparentando un éxito que no existe.
9. Tienes sueños pero no metas
Muchas veces imaginas una mejor versión de ti mismo, pero en vez de trabajar en pro de esta imagen prefieres adaptarte a las circunstancias de tu vida; te quejas mucho, pero cambias poco.
Dices que quieres algo pero no haces nada por conseguirlo, deseas una mejor vida para ti, pero no te comprometes a ser mejor cada día.
Al éxito se llega teniendo el camino claro, con metas alcanzables y objetivos específicos. Las personas exitosas se comportan, toman decisiones y actúan con base en sus objetivos, y rara vez dejan pasar un día de su vida sin acercase un poco más a sus metas.
Los sueños no son algo con lo que se duerme, sino algo por lo que se levantan y luchan por alcanzar.
10. Piensas que el éxito es cuestión de suerte
La última señal que indica que eres adicto al fracaso es que piensas que las personas exitosas tuvieron suerte, que ellos tuvieron algo de ventaja que tú no tuviste; piensas que sus padres le ayudaron, que fue la universidad, el vecindario, la época, las personas…en fin.
Eres de los que piensa que la gente se tropieza con el éxito en el tiempo y lugar indicado, cuando en realidad lo que se necesita para ser exitoso es ser la persona indicada, en el lugar indicado y tiempo indicado.
En otras palabras, las personas exitosas se preparan constantemente para asumir ese “momento indicado” y las oportunidades que van llegando.
No se quedan esperando que el éxito llegue a su vida, y mucho menos… compran la lotería.